A nada que lleves un tiempo invirtiendo, ya habrás escuchado el clásico consejo de "no pongas todos los huevos en la misma cesta". Pero la pregunta real es: ¿en cuántas cestas hay que repartir los huevos y qué tipo de huevos son los mejores?
Ciertas estrategias han funcionado en distintos ciclos de mercado, y esta es una combinación muy equilibrada y robusta:
30% Fondo indexado al S&P 500
30% ETF US Dividend Aristocrats SPYD
30% Fondos value (Azvalor Internacional, Horos Value Internacional, Hamco Global Value y Magallanes European Equity)
5% ETF de oro
5% Bitcoin
- Crecimiento constante a lo largo del tiempo, con rentabilidades históricas muy sólidas.
- Exposición global indirecta, ya que muchas de las empresas que lo componen generan ingresos en todo el mundo.
- Diversificación automática, incluyendo sectores como tecnología, salud, finanzas, consumo, etc.
Además, si eliges un fondo indexado o ETF de bajo coste, prácticamente no pagas comisiones. Como inversores, siempre hay que recordar que cada euro en comisiones es un euro menos en rentabilidad compuesta.
¿Por qué incluirlos?
-Suelen ser compañías con balances sólidos y modelos de negocio estables.
-Reducen volatilidad en épocas de caídas (como 2022, donde aguantaron bastante bien).
-Generan ingresos pasivos, ya que reparten dividendos crecientes con el tiempo.
En 2022, mientras el S&P 500 cayó alrededor de un 20%, los aristócratas aguantaron bastante mejor, con caídas mucho más suaves e incluso cerrando en positivo. Es una estrategia que ha funcionado bien históricamente en periodos bajistas y durante años ha superado al S&P 500.
Los elegidos:
- Azvalor Internacional y Horos Value Internacional → Enfocados en encontrar gangas en el mercado global.
- Hamco Global Value Fund → Sin restricciones geográficas, buscando oportunidades en cualquier parte del mundo.
- Magallanes European Equity → Apuesta value enfocada en empresas europeas.
Se pueden buscar otros fondos, pero estos son una buena elección. El value ha estado "dormido" durante muchos años mientras las tecnológicas y el growth dominaban, pero en cuanto el mercado se puso feo en 2022, volvió a demostrar su valor como estrategia defensiva.
- Protección contra inflación y crisis económicas.
- Baja correlación con la renta variable, lo que ayuda a suavizar la volatilidad.
- Activo refugio en épocas de incertidumbre.
Tener al menos un 5% en oro no hará que te hagas rico, pero sí puede amortiguar caídas en momentos de pánico en los mercados.
Razones para incluir un pequeño porcentaje:
- Suministro limitado (21 millones de BTC), lo que lo hace escaso.
- No depende de bancos centrales ni gobiernos.
- Cada vez más aceptado como activo de inversión.
Eso sí, 5% y no más. No es una apuesta segura, pero si se convierte en "oro digital", mejor tener una pequeña exposición.
-Combinamos crecimiento, estabilidad y value, tres enfoques distintos que se complementan.
- Incluimos activos refugio (oro y Bitcoin), para protegernos en tiempos difíciles.
- Bajamos costes con fondos y ETFs indexados, maximizando la rentabilidad a largo plazo.
- Históricamente, ha aguantado bien en mercados bajistas, como se vio en 2022, donde el value y los aristócratas resistieron mucho mejor que el S&P 500 y las tecnológicas.
- Diversificación con cabeza: No apostamos todo a una sola carta. Aquí mezclamos tres estrategias con historial probado: el crecimiento del S&P 500, la estabilidad de los Aristócratas del Dividendo y la búsqueda de oportunidades en el value.
- Preparados para lo bueno y lo malo: Cuando la bolsa sube, el S&P 500 y los Aristócratas hacen su trabajo. Cuando llegan las caídas, el value suele aguantar mejor. Y si las cosas se ponen realmente feas, el oro y Bitcoin pueden servir como salvavidas.
- Sin regalar dinero en comisiones: La mayor parte de la cartera se basa en fondos y ETFs de bajo coste, porque aquí el único que tiene derecho a enriquecerse con nuestras inversiones... ¡somos nosotros!
- Resistencia demostrada: En un año complicado como 2022, esta combinación de activos demostró ser mucho más sólida que una simple inversión en índices. No se trata de evitar todas las caídas (eso es imposible), sino de amortiguarlas mejor.
- Crecimiento con estabilidad: No solo buscamos que el dinero crezca, también queremos hacerlo de una forma razonablemente estable. Los dividendos nos dan ingresos periódicos, el value nos protege en épocas difíciles y el S&P 500 sigue siendo una máquina de generar valor a largo plazo.
- Un pequeño escudo contra la locura del sistema financiero: El oro y Bitcoin no son apuestas seguras, pero son una forma de cubrirse las espaldas en caso de que los bancos centrales sigan jugando a imprimir billetes como si no hubiera un mañana.
En resumen, la idea no es tener una cartera que dependa de que una sola apuesta salga bien, sino una donde siempre haya algo funcionando a nuestro favor. Porque en los mercados no hay certezas, pero sí podemos inclinarnos del lado de la probabilidad y la lógica.
Al final, invertir es como hacer una barbacoa: si lo pones todo al fuego de golpe y a máxima potencia, acabarás con la comida quemada por fuera y cruda por dentro. Pero si controlas el fuego, eliges bien los ingredientes y les das su tiempo, te quedará un festín digno de un chef. Aquí pasa lo mismo: una cartera equilibrada, paciencia y buena gestión marcan la diferencia entre un desastre y un banquete financiero.
Ciertas estrategias han funcionado en distintos ciclos de mercado, y esta es una combinación muy equilibrada y robusta:
30% Fondo indexado al S&P 500
30% ETF US Dividend Aristocrats SPYD
30% Fondos value (Azvalor Internacional, Horos Value Internacional, Hamco Global Value y Magallanes European Equity)
5% ETF de oro

5% Bitcoin
¿Por qué esta distribución?
1) S&P 500: la columna vertebral de la cartera
El S&P 500 es el índice de referencia para muchísimos inversores, y por buenas razones:- Crecimiento constante a lo largo del tiempo, con rentabilidades históricas muy sólidas.
- Exposición global indirecta, ya que muchas de las empresas que lo componen generan ingresos en todo el mundo.
- Diversificación automática, incluyendo sectores como tecnología, salud, finanzas, consumo, etc.
Además, si eliges un fondo indexado o ETF de bajo coste, prácticamente no pagas comisiones. Como inversores, siempre hay que recordar que cada euro en comisiones es un euro menos en rentabilidad compuesta.
2) ETF US Dividend Aristocrats SPYD: estabilidad y rentabilidad vía dividendos
Aquí entramos en la parte "tranquilizadora" de la cartera. Los aristócratas del dividendo son empresas que han aumentado su dividendo durante al menos 25 años seguidos, sin importar crisis, guerras o pandemias.¿Por qué incluirlos?
-Suelen ser compañías con balances sólidos y modelos de negocio estables.
-Reducen volatilidad en épocas de caídas (como 2022, donde aguantaron bastante bien).
-Generan ingresos pasivos, ya que reparten dividendos crecientes con el tiempo.
En 2022, mientras el S&P 500 cayó alrededor de un 20%, los aristócratas aguantaron bastante mejor, con caídas mucho más suaves e incluso cerrando en positivo. Es una estrategia que ha funcionado bien históricamente en periodos bajistas y durante años ha superado al S&P 500.
3) Fondos value: buscando oportunidades cuando el mercado se vuelve loco
Aquí apostamos por la inversión en valor, que consiste en encontrar empresas infravaloradas con potencial de revalorización. Y ojo, porque en 2022 los fondos value fueron de los pocos que cerraron el año en verde o con caídas mínimas, mientras los índices se desplomaban.Los elegidos:
- Azvalor Internacional y Horos Value Internacional → Enfocados en encontrar gangas en el mercado global.
- Hamco Global Value Fund → Sin restricciones geográficas, buscando oportunidades en cualquier parte del mundo.
- Magallanes European Equity → Apuesta value enfocada en empresas europeas.
Se pueden buscar otros fondos, pero estos son una buena elección. El value ha estado "dormido" durante muchos años mientras las tecnológicas y el growth dominaban, pero en cuanto el mercado se puso feo en 2022, volvió a demostrar su valor como estrategia defensiva.
4) Oro: el seguro contra la locura de los mercados
El oro es como ese amigo que no ves todos los días, pero cuando hay problemas, siempre está ahí para ayudarte. Su papel en la cartera es claro:- Protección contra inflación y crisis económicas.
- Baja correlación con la renta variable, lo que ayuda a suavizar la volatilidad.
- Activo refugio en épocas de incertidumbre.
Tener al menos un 5% en oro no hará que te hagas rico, pero sí puede amortiguar caídas en momentos de pánico en los mercados.
5) Bitcoin: la reserva de valor digital con potencial
Aquí entramos en terreno más arriesgado, pero con una lógica detrás. Bitcoin ha sido el activo con mayor rentabilidad en la última década, aunque también con la mayor volatilidad.Razones para incluir un pequeño porcentaje:
- Suministro limitado (21 millones de BTC), lo que lo hace escaso.
- No depende de bancos centrales ni gobiernos.
- Cada vez más aceptado como activo de inversión.
Eso sí, 5% y no más. No es una apuesta segura, pero si se convierte en "oro digital", mejor tener una pequeña exposición.
¿Por qué esta combinación funciona bien?
- Diversificación real entre estilos de inversión y tipos de activos.-Combinamos crecimiento, estabilidad y value, tres enfoques distintos que se complementan.
- Incluimos activos refugio (oro y Bitcoin), para protegernos en tiempos difíciles.
- Bajamos costes con fondos y ETFs indexados, maximizando la rentabilidad a largo plazo.
- Históricamente, ha aguantado bien en mercados bajistas, como se vio en 2022, donde el value y los aristócratas resistieron mucho mejor que el S&P 500 y las tecnológicas.
Conclusiones: el equilibrio entre rentabilidad y tranquilidad
Invertir no se trata de jugar a la ruleta con nuestro dinero ni de intentar adivinar qué activo lo va a petar el próximo año. Se trata de construir una cartera bien equilibrada, que nos haga dormir tranquilos sin renunciar a la rentabilidad. Y para eso, esta estrategia tiene mucho sentido.- Diversificación con cabeza: No apostamos todo a una sola carta. Aquí mezclamos tres estrategias con historial probado: el crecimiento del S&P 500, la estabilidad de los Aristócratas del Dividendo y la búsqueda de oportunidades en el value.
- Preparados para lo bueno y lo malo: Cuando la bolsa sube, el S&P 500 y los Aristócratas hacen su trabajo. Cuando llegan las caídas, el value suele aguantar mejor. Y si las cosas se ponen realmente feas, el oro y Bitcoin pueden servir como salvavidas.
- Sin regalar dinero en comisiones: La mayor parte de la cartera se basa en fondos y ETFs de bajo coste, porque aquí el único que tiene derecho a enriquecerse con nuestras inversiones... ¡somos nosotros!
- Resistencia demostrada: En un año complicado como 2022, esta combinación de activos demostró ser mucho más sólida que una simple inversión en índices. No se trata de evitar todas las caídas (eso es imposible), sino de amortiguarlas mejor.
- Crecimiento con estabilidad: No solo buscamos que el dinero crezca, también queremos hacerlo de una forma razonablemente estable. Los dividendos nos dan ingresos periódicos, el value nos protege en épocas difíciles y el S&P 500 sigue siendo una máquina de generar valor a largo plazo.
- Un pequeño escudo contra la locura del sistema financiero: El oro y Bitcoin no son apuestas seguras, pero son una forma de cubrirse las espaldas en caso de que los bancos centrales sigan jugando a imprimir billetes como si no hubiera un mañana.
En resumen, la idea no es tener una cartera que dependa de que una sola apuesta salga bien, sino una donde siempre haya algo funcionando a nuestro favor. Porque en los mercados no hay certezas, pero sí podemos inclinarnos del lado de la probabilidad y la lógica.
Al final, invertir es como hacer una barbacoa: si lo pones todo al fuego de golpe y a máxima potencia, acabarás con la comida quemada por fuera y cruda por dentro. Pero si controlas el fuego, eliges bien los ingredientes y les das su tiempo, te quedará un festín digno de un chef. Aquí pasa lo mismo: una cartera equilibrada, paciencia y buena gestión marcan la diferencia entre un desastre y un banquete financiero.