La acción del grupo de ingeniería brilla en el parqué por los nuevos contratos y por la expectativa de la vuelta al dividendo a partir de 2026.
Técnicas Reunidas ha cambiado de cara en Bolsa. La compañía, que en agosto de 2022 tocaba mínimos de los dos últimos años y medio por debajo de los 6 euros, ha más que doblado su valor desde entonces, hasta los 13,7 euros. Ayer subió un 2% tras varias sesiones de suave corrección y acumula en lo que va de año una ganancia del 21,9%.
Un avance sólo superado en el mercado continuo en este arranque de 2025 por tres compañías y que confirma el cambio de velocidad en el parqué de una compañía que ha recuperado los 1.000 millones de capitalización y cotiza en los niveles más altos desde marzo de 2021.
El valor se ha ganado el favor de inversores y analistas desde que en mayo del año pasado presentó un nuevo plan estratégico en el que prevé multiplicar por más de dos su resultado operativo, hasta los 380 millones de euros en 2028, y recuperar el dividendo el año que viene, con un pay out de salida del 30%.
Los resultados de los nueve primeros meses del año pasado convencieron a las firmas de análisis. "Técnicas Reunidas ha confirmado en 2024 que su objetivo de volver a un margen ebit del 4% (alcanzó el 4,1% frente al 3,7% anterior) no era una quimera, sino una realidad que será superada gracias a un nuevo plan estratégico bien estructurado", señalan los analistas de Renta 4, que aconsejan comprar con precio objetivo de 20,7 euros.
El mercado está elevando sus expectativas de cara a la próxima presentación de las cuentas del ejercicio 2024. Ahora, Técnicas Reunidas cuenta con unas recomendaciones de compra entre las mejores del mercado.
El consenso de los analistas recogido por Bloomberg da al valor un precio objetivo de 17,74 euros por acción. Es el más alto desde el mes de septiembre de 2020 y supone un potencial de revaloración del 29,5% desde los niveles actuales en Bolsa. A pesar del rally del 75% en los últimos doce meses, tres cuartas partes de las firmas aconseja comprar.
Ahora, todos los ojos están puestos en las cuentas de cierre de 2024, que deberán ratificar la buena marcha de la compañía que además, a principios de este mes, ha recibido un espaldarazo por la adjudicación de servicios de ingeniería y gestión relacionados con el desarrollo del proyecto del yacimiento petrolífero de Vaca Muerta (Argentina). El importe del contrato asciende a 425 millones de euros.
Las cuentas de 2024 serán clave para medir el grado de cumplimiento de los grandes hitos del plan estratégico, que en el plano de la retribución al accionista pasan por la recuperación del dividendo. En marzo de 2023, la compañía confirmó que no volvería a pagar al menos hasta 2026, después de las limitaciones impuestas tras recibir un préstamo de la Sepi por valor de 340 millones de euros.
El consenso prevé una rentabilidad por dividendo para el año que viene del 1,95%. Esa expectativa es uno de los motores en Bolsa.